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Cerveza, Amistad y Rebeldía

Corría diciembre de 2014. Entre risas, amigos y una cerveza artesanal en la mano, surgió una idea: ¿y si hacemos nuestra propia cerveza? Un año después, en Ñuñoa, la chispa se convirtió en acción. Sin planta ni equipamiento de lujo, maceramos en un cooler y cocinamos en casa. Fue un caos glorioso, con errores que parecían sacados de un manual de «qué no hacer», pero el resultado fue mágico: nació Gulsari, nuestra primera cerveza.

Ese día hicimos un pacto: siempre darle color, avanzar con pasión y cocinar la mejor cerveza artesanal, una que hable de alegría y rebeldía. Somos profesores, amantes de la cerveza y de la vida. Así que sí, como tú, #aprobamos. Únete al viaje, sé un Gulsari.

Nos inspiramos en el libro Adiós Gulsari

Novela de Chinguiz Aitmatov (1928-2008), el autor de la exrepública soviética de Kirguizistán, nos cuenta las peripecias de un koljós (granja colectiva soviética) a través de la vida de un pastor y de su caballo.

Gulsari no es solo un nombre; es una historia. Nos inspiramos en Adiós Gulsari, una novela de Chinguiz Aitmatov, el escritor kirguís que plasmó en su obra las esperanzas y desencantos de un proyecto comunista.

La historia sigue a un pastor y a Gulsari, su caballo trotón de color amarillo, cuyo andar elegante enamoró a todos, pero lo apartó de su libertad. A través de recuerdos, Gulsari y su domador reviven su vida: el pastor, desde su juventud revolucionaria hasta la dureza de la colectivización; y el caballo, desde la libertad de potro hasta las herraduras impuestas por los hombres.

Como Gulsari, nuestra cerveza avanza con elegancia y rebeldía, enfrentando los desafíos del camino con estilo. Creemos en la libertad, en romper moldes, y en brindar algo que no solo sea cerveza.


Biografía del autor

Chinguiz Aitmátov

Nace en Sheker en el año 1928, en el norte de la República Autónoma Socialista Soviética de Kirguistán, en ese momento parte de la RSFS de Rusia dentro de la URSS. Fue un escritor kirguí de fama mundial y era la figura más conocida de la literatura de Kirguistán.

El novelista, traducido a 170 idiomas, muere a los 79 años en una clínica de Núremberg. Escribía tanto en ruso como en kirguís. Nacido en las estepas de Asia Central, es uno de los pocos escritores soviéticos que se salvan de la quema. Solía arremeter contra la delirante deshumanización de la URSS, pero lo hacía de una forma tan sutil y astuta que el Kremlin nunca le puso la mordaza, y a menudo, para rebasar la estupidez de la censura, recurría a un velo de realismo mágico que se nutría de las narraciones orales que había escuchado de su abuela. Su padre, secretario general del Partido Comunista de Kirguistán, pereció en las purgas estalinistas de los años 30. Otro «enemigo del pueblo».

Aitmátov fue galardonado en 1963 con el Premio Lenin por Dzhamilia, y luego con el Premio Estatal de la URSS por Adiós, Gulsari. La calidad de Aitmátov fue ensalzada por sus admiradores,5​ e incluso sus críticos mencionan la gran calidad de sus novelas.

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